martes, 16 de junio de 2015

Ya casi no me quejo

Necesito la mirada 
de unos ojos que me quieran
las palabras de consuelo 
de quien de verdad las tenga;

porque las mentiras
desengaños y decepciones 
forman parte de una vida
que la vivo a trompicones.

Necesito confianza 
pues la perdí en el camino 
donde fui en busca de un destino
que me vomitó en la cara;

dejándome hecho un ovillo 
como si un gato con el jugara 
que para quitar estos enredos 
tengo que descoserme el alma.

Necesito quien la remiende
porque yo ya no puedo
usé jirones de mi piel
y casi no me queda pellejo;

y casi no me queda razón 
y casi, solo casi, ya no me quejo.



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